Tarot 5 Euros sin Gabinete

No todo lo caro tiene porque ser bueno, ni todo lo barato no tener la calidad suficiente. Con las tiradas de cartas y la videncia sucede lo mismo.

Es posible poder hacer una consulta de tarot a 5 euros y que te atiendan personalmente y sin gabinete desde España.

Pudiera parecer imposible encontrar profesionales de la adivinación, tarotistas y videntes, que presten sus servicios desde una cifra tan simbólica y barata pero así es pues se piensa también que pudiera ser el inicio de una relación con un consejero muy especial que sabe que puede suceder.

vidente economica buena
El cobrar un precio súper económico es porque nuestra vidente, Maruja Prada, sabe que vas a  terminar la consulta satisfecha y que van a ir cumpliéndose las predicciones de futuro que haya realizado.

Así, quien la haya llamado por teléfono la recomendará a otras personas y ella prefiere hacerlo de esta manera para poder llegar a cuantas más personas mejor.

Maruja considera que el don natural de la videncia debe de ser utilizado para ayudar y aconsejar, evitar situaciones y mejorar nuestras vidas, sea en el amor o en cualquier otro ámbito.

Tarotista Barata sin Gabinete

Es fundamental que aunque al tarot al que llames sea económico atienda sin gabinete. De nada de sirve que sea muy barato si luego no te va a atender una tarotista de verdad. Es difícil encontrarlas a estos precios y que sean realmente fiables y buenas.

Las cartas y las tiradas de tarot son algo serio y es por ello por lo que Maruja Prada solo atiende ella desde España, lo hace sin gabinete y de una manera profesional y con total fiabilidad.

Recalcamos lo de España porque es práctica habitual que las consultas de videncia a 5 euros sean desviadas a Sudamérica puesto que allí el coste de la vida es inferior al de España. Lo que sucede es que por regla general allí se atiende desde gabinetes.

Ofertas de Tarot por Visa

Tarotistas

Tras muchas de esas ofertas lo que podemos encontrar son los llamados gabinetes, espacios empresariales destinados a comerciar con algo tan valioso como las ilusiones y esperanzas de las personas teniendo como escudo la cartomancia.

Si llama a uno de sus teléfonos movido por la curiosidad o por el reclamo publicitario debe saber que no hay una buena videncia o un conocimiento certero del tarot en ellos. Son lugares donde se concentra hasta una veintena de personas que hacen tareas de adivinación con o sin cartas.

El problema es que no hay un nivel mínimo de concentración en ellos, hay demasiado ruido y demasiada gente haciendo el mismo trabajo, llamadas en espera, interrupciones, una centralita que redirige llamadas y una participación a destajo dentro de una ocupación que precisa de unos detalles y preparación.

Posiblemente en la llamada no nos digan nada más que ambigüedades que usted mismo podría decir y la insatisfacción es manifiesta. Más aún cuando le desvían a teléfonos que pueden ser atendidos desde otro país y parece más bien una broma.

Lo barato puede salir caro y por ello debe tener cuidado a dónde llama  o a donde acude; disponemos de un servicio económico, sólo 5 euros, el límite lo pone la imaginación allá donde podrá preguntar por cualquier cuestión que le esté inquietando o preocupando, dudas con respecto al trabajo, el amor, el dinero, la familia… Todo lo que desea saber sobre su futuro está ahora al alcance de su mano.

Cuando hay cuestiones tan importantes por saber cómo lo que le deparará el día de mañana todo parece poco y debe siempre asesorarse de a quién llamar gracias a las recomendaciones de otras personas que ya han probado, igualmente que las valoraciones que de un servicio se hacen. La felicidad le llama, rápido y económico, no se puede pedir más por menos.

Tirada de Cartas y Videncia

El arte de saber leer las cartas es muy antiguo, se dice que es una herencia de los primitivos hombres de culturas tan antiguas cojo la sumeria o caldea, “primitivos” por el Tiempo que les tocó vivir hace dos milenios y no por sus conocimientos.

Estamos por tanto hablando de un saber muy antiguo y que ha sido utilizado por diferentes culturas para saber el futuro.

Fueron ellos los que se hicieron las primeras preguntas transcendentales, los que estudiaron los astros, los que creyeron que había una relación especial con los dioses y un mensaje oculto en las estrellas o, cuando menos, venidos de lejanos mundos. Se creía en la vida tras la muerte y, por si fuera poco, pensaban que se podía interpretar las claves del destino a través de diferentes sistemas.

Estos descubrieron que había lugares que propiciaban la adivinación como pudieran ser los oráculos, allá donde se acudía para estas cuestiones y donde las pitonisas, las Pitas, establecían las claves maestras para guiar al consultante por el porvenir. Hasta allí se desplazaron reyes y emperadores, políticos y hasta el pueblo.

Aunque lo más significativo iba a ser algo bien diferente: el Saber en un libro del Conocimiento, en el llamado “Libro de Thot” que conformaría el manual más intenso y completo para saber el futuro. Dada su trascendencia se confección una edición “facsímil” que sería muy visual, en imágenes, en forma de 78 láminas.

Esas mismas ilustraciones sería mezcladas y su orden perdido para forma la llamada baraja del Tarot, compuesta por los arcanos mayores y menores, 22 y 56 naipes con toda una significación, dispuestos para que se pueda leer el devenir o, simplemente jugar con ellos.

Fue en Italia, en pleno Renacimiento, donde surge y ya no se apartaría del camino del ser humano siendo tan popular como recurrente.

Pero lo cierto es que en otras décadas pasadas se ha cobrado libremente este tipo de servicios sin que hubiera nada que lo regulara, hoy día acudir a una consulta puede oscilar entre los 30 euros hasta los 150 euros, si el experto tiene fama, ha salido en televisión o goza de una popularidad los precios se pueden disparar.

Si hablamos de tarifas telefónicas estaríamos ante algo similar pero ya la regulación del sector hace que no se puede sobrepasar determinados límites y es más accesible al bolsillo de todos. Sin embargo hay que desconfiar de aquellos que ponen un precio muy bajo a las consultas y hay que indagar un poco en las razones.